Desde que el ser humano pasó de organizarse en grupos nómadas a sedentarios, surgieron cabecillas o líderes que con el tiempo cedieron el poder a sus descendientes, formándose así las primeras familias nobles. Dentro de la mitología de cada pueblo, la nobleza era la familia elegida por Dios, compuesta por aquellos que, al menos en teoría, obedecían a la virtud y a la razón en lugar de los vicios y el egoísmo, y poseían un alma justa embellecida por la sabiduría y la virtud, para guiar a los pueblos por el camino correcto. Siendo los enviados terrenales de la divinidad, controlaban totalmente las tierras, y los campesinos debían pagar un tributo por nacer en esa tierra.
Las primeras leyes tributarias aparecieron en Egipto, China y Mesopotamia hace unos cinco mil años. Por ejemplo, en Egipto se tributaba mediante el trabajo físico, por lo que alrededor de 100,000 personas acarrearon materiales desde Etiopía para construir la pirámide del faraón Keops, ese prodigio arquitectónico que hoy conocemos como una de las siete maravillas del mundo antiguo.
Con el tiempo, y gracias al poder imaginativo de cada soberano, surgieron tributos o impuestos por cosechar fruta, poseer animales, comprar productos, incluso hubo una época en México en la que el presidente Santa Anna decretó un impuesto a toda persona que tuviera ventanas o puertas en su casa. En pocas palabras, los impuestos son parte fundamental de la historia de la humanidad, ya que son la forma en que los soberanos financian las actividades y servicios públicos que benefician a la comunidad que gobiernan.
El impuesto internacional
Generalmente, los pueblos tenían abundancia de ciertos recursos y carecían de otros, por lo que surgía el intercambio entre ellos, siendo los fenicios los primeros en llevar un registro de importación y exportación. Siglos después, tras la derrota de Cartago a manos de los griegos, comenzó la expansión y dominación por parte de un único pueblo.
Los griegos, al ser ahora los gobernantes, también gozaban del monopolio del comercio internacional, por lo que crearon aduanas como órganos supervisores y recolectores de gravámenes o impuestos proporcionales al valor de cada producto. Así surgieron los aranceles, o impuestos que se aplican a los bienes importados o exportados. La forma en que se gestionan o regulan estos impuestos se conoce como regulación arancelaria.
Existen diferentes tipos de aranceles, como:
- Ad valorem: Es un impuesto porcentual que se cobra sobre el valor del producto. Se estima que el 90% de los aranceles pertenecen a esta categoría.
- Específico: Es un impuesto fijo y no porcentual que se cobra por cada unidad física importada o exportada, de manera independiente del valor del producto.
- Mixto: Es una combinación de los dos impuestos anteriores. En algunos casos, a un automóvil se le puede cobrar un arancel específico de $1,000 dólares más el 1% del valor del producto como arancel ad valorem.
Regulación mexicana
En México, la Secretaría de Economía es la institución encargada de regular el comercio interno y externo, y, por tanto, los aranceles. Sin embargo, esta dependencia está subordinada a la Organización Mundial del Comercio (OMC), que se ocupa de las normas que rigen el comercio entre sus participantes (164 países) y promueve la resolución pacífica de controversias.
Algunas de las principales leyes que regulan el comercio exterior en México son:
- Ley de Comercio Exterior (LCE): Su objetivo es regular y promover el comercio exterior, siempre velando por la competitividad económica y el desarrollo del país.
- Ley Aduanera (LA): Regula la entrada y salida de mercancías en territorio mexicano, además de definir los medios de transporte de los productos y regir los despachos aduaneros.
- Ley de los Impuestos Generales de Importación y Exportación (LIGIE): Este ordenamiento jurídico funciona como una enciclopedia de clasificaciones arancelarias. Por tanto, determina la fracción arancelaria de cada producto, el proceso de importación y/o exportación y define las obligaciones fiscales a pagar.
- Ley de Navegación y Comercio Marítimos: Regula los actos, hechos y bienes relacionados con el comercio marítimo, que representa cerca del 80% de importaciones y exportaciones a nivel mundial.
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